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Ancla 1

Vanessa Jiménez: una herediana que nos enseña a dar la vida por los colores

Actualizado: hace 2 horas



La pasión por un equipo se manifiesta de múltiples formas: desde asistir al estadio, compartir el partido con amigos en un restaurante, o incluso disfrutarlo desde la comodidad del hogar a través de plataformas digitales.


Sin embargo, ¿alguna vez se han preguntado cuál ha sido la mayor muestra de amor que han ofrecido por el Herediano? Seguramente existan muchas historias, pero la de una mujer llamada Vanessa Jiménez nos demuestra que la lluvia o las horas en las gradas son apenas detalles cuando se trata de apoyar con el alma.


Una travesía inolvidable


Vanessa forma parte de la comunidad indígena cabécar de Costa Rica y, en el más reciente encuentro de El Team, pudo ver por primera vez en vivo al equipo de sus amores.


Su llegada a Santa Bárbara, no obstante, no fue sencilla: emprendió una travesía de más de tres días, enfrentando condiciones climáticas adversas, caminos peligrosos, ríos caudalosos y la presencia de diversas especies de la montaña.


Su viaje no comenzó en autobús, automóvil ni motocicleta. Con sus dos piernas como único motor y un salveque al hombro, partió desde su querido pueblo, Sitio Hilda, caminando durante 17 horas hasta llegar al lugar más cercano con servicio de transporte público.


Sitio Hilda, Región Indígena Cabécar
Sitio Hilda, Región Indígena Cabécar

Durante el trayecto, el cansancio y la angustia amenazaron con vencerla, pero Vanessa tenía un objetivo claro: ver a su gran amor, el Club Sport Herediano, en el estadio Carlos Alvarado.


“Primero quiero dar gracias a Dios y a don Jafet por brindarme la oportunidad de llegar a Heredia. Fue muy difícil salir, caminé 17 horas en la montaña para poder estar aquí. Pero como siempre digo: cuando uno ama los colores, cruza ríos y arriesga la vida, sin importar nada”.


En ese recorrido, Vanessa encontró descanso gracias a la generosidad de distintas comunidades indígenas, que le ofrecieron techo y abrigo mientras cruzaba montañas cercanas al Cerro Chirripó.


¿Cómo se vive el fútbol en Sitio Hilda?


Antes de continuar con su viaje, vale la pena detenerse a comprender cómo se vive la pasión herediana en Sitio Hilda, una zona apartada, con acceso limitado a redes sociales y televisión, pero con un corazón rojiamarillo vibrante.


“De las 50 casas que hay, todos somos heredianos… hasta los perritos lo son” —comentó entre risas.


Inauth Jiménez (Izquierda), Melanie Jiménez (Derecha) hermanos de Vanessa
Inauth Jiménez (Izquierda), Melanie Jiménez (Derecha) hermanos de Vanessa

Aunque no pueden ver los partidos por televisión, viven cada gol a través de la radio, con el fervor de quien siente cada jugada en el alma.


“Escuchamos por radio, porque no tenemos acceso a televisión. Todos gritamos en las casas: ‘¡Vamos Heredia!’. Yo también lo vivo así”.


En ocasiones, Vanessa realiza un esfuerzo adicional: camina más de una hora hasta un punto con señal de internet para poder ver los partidos en su celular.


“A una hora de mi casa hay internet. Cuando Heredia juega por la tarde, camino hasta allá para verlo en vivo en el celular”.


Más cerca de Santa Bárbara


Tras las 17 horas de caminata — repartidas en varios días con pausas para descansar— Vanessa abordó su primer autobús rumbo a Turrialba. De allí, siguió hacia Cartago, San José y, finalmente, Heredia.


En la provincia florense, se hospedó gracias a un amigo que le ofreció alojamiento. Así pudo llegar, descansada y emocionada, al partido de semifinal entre Herediano y Saprissa, el miércoles 14 de mayo.


Una experiencia única en el estadio


Vanessa ingresó al estadio Carlos Alvarado con la ilusión de todo el pueblo de Sitio Hilda. Fue un momento que jamás olvidará.


“Ellos sueñan con conocer Heredia y el nuevo estadio”.


Ya en el estadio, recordó cada partido escuchado por la radio, cada caminata para conseguir señal, y el respaldo incondicional de su familia al equipo rojiamarillo.


Vanessa en su visita al Carlos Alvarado, junto a Tathi Solís (Aficionada herediana)
Vanessa en su visita al Carlos Alvarado, junto a Tathi Solís (Aficionada herediana)

“Desde hace seis años sueño con ver a Heredia en vivo. Celebré los goles con gritos y lágrimas. Me emocioné muchísimo”.


Ahora, se prepara para el regreso a su hogar. Vuelve con el corazón rebosante de alegría por haber visto a su equipo, con la ilusión de volver en la Gran Final y seguir alentando a El Team en busca de un nuevo título nacional.

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